Comienzan a juzgarse en La Plata crímenes de lesa humanidad de la CNU
Es el primer juicio que abordará en esa ciudad delitos de lesa humanidad anteriores al golpe de Estado, aunque el objeto del proceso también incluye hechos posteriores al 24 de marzo de 1976. Se abordarán secuestros, homicidios, violación de domicilio y robo. Interviene la Unidad Fiscal Federal especializada.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 de La Plata juzgará desde este lunes, por primera vez en la capital bonaerense, hechos ocurridos antes del golpe de Estado de 1976, considerados como crímenes de lesa humanidad, cuando dé comienzo el proceso oral y público a dos miembros de la Concentración Nacional Universitaria (CNU). Los acusados son los civiles Carlos «el indio» Castillo y José «Pipi» Pomares, quienes llegan detenidos a esta instancia.
El juicio se realizará desde las 10.00 en el salón de audiencias de los Tribunales Federales de La Plata, en la calle 8 entre 50 y 51, y estará a cargo de los jueces Pablo Vega, Germán Castelli y Alejandro Esmoris. El Ministerio Público Fiscal estará representado por la Unidad Fiscal Federal, que integran los fiscales generales Marcelo Molina y Hernán Schapiro, y el fiscal ad hoc Juan Martín Nogueira. En principio, las audiencias se desarrollarán los lunes y los miércoles.
Castillo llega acusado por su participación directa en el secuestro y homicidio de Carlos Antonio Domínguez y en el secuestro de Roberto Fiandor, ocurridos el 12 de febrero de 1976; y en el secuestro y homicidio de Leonardo Guillermo Miceli, del 19 de abril del mismo año. En los dos casos, además, se suma la imputación de robo y violación de los domicilios. También, se lo imputa por el secuestro y homicidio de Néstor Hugo Dinotto y Graciela Herminia Martini y en el secuestro de otra pareja que finalmente sobrevivió, sucedidos entre el 3 y 4 de abril de 1976. Pomares, por su parte, llega acusado por su participación en este último caso que abarca a cuatro víctimas.
Descontrolados
Cuando fue secuestrado en la madrugada del 12 de febrero de 1976, Domínguez era el secretario general del gremio del Turf en La Plata. Su cuerpo apareció horas después con alrededor de cuarenta disparos a la vera de la ruta, camino a la localidad de Magdalena, al sur de la capital bonaerense. Roberto Fiandor, un vocal de la comisión directiva del gremio, se salvó porque logró forzar la traba del baúl, arrojarse al asfalto y pedir ayuda a vecinos.
Entre la noche del 3 de abril y la madrugada del 4, la banda de la CNU concretó los secuestros de Néstor Hugo Dinotto, Graciela Herminia Martini, y de otra pareja de sobrevivientes, quienes fueron interceptados mientras viajaban en un auto por la localidad de Villa Elisa, al norte de La Plata. Según los testigos, las víctimas debieron detenerse por las ráfagas de disparos sobre su vehículo.
Luego, fueron llevadas a una zona rural posiblemente cercana a Punta Lara, al este de La Plata y muy cerca del Río de la Plata, donde sufrieron torturas y amenazas. Una pareja fue liberada después de un simulacro de fusilamiento, en las calles 2 y 32, mientras que Dinotto y Martini «aparecieron asesinados al día siguiente en la calle 11 del Barrio Los Porteños de City Bell, con numerosos impactos de proyectiles, disparados desde al menos tres armas de fuego calibres .12, .11.25 y .9 mm», describieron los fiscales en el requirimiento de elevación a juicio.
Otros de los hechos que llegarán a juicio ocurrieron el 19 de abril, cuando los integrantes de la CNU protagonizaron un verdadero raid por diferentes puntos de la ciudad para secuestrar a tres trabajadores. Los cuerpos de Leonardo Miceli, Horacio Urrera y Carlos Alberto Sathicq aparecieron flotando al día siguiente en el arroyo Sarandí, en el partido de Avellaneda, «acribillados a balazos, tanto de frente como por la espalda», según la documentación citada en la acusación por los fiscales. De estos tres casos, sólo se juzgará en este proceso el correspondiente a Miceli.
En la noche del 30 de abril y la madrugada del 1º de mayo de 1976 la banda fue detenida -por policías y militares- mientras intentaba secuestrar al hijo de un comisario, y se les formó una causa penal en la que, al cabo de varios años, fueron condenados por asociación ilícita y otros delitos menores contra la propiedad.
En allanamientos ordenados en el marco de esa causa, se secuestraron elementos que años después permitieron establecer la relación de los imputados con los hechos que el lunes comenzarán a ventilarse. Por ejemplo, en la casa de Castillo se encontró la máquina de escribir de la hija de Domínguez, uno de los objetos que habían sido robados durante el secuestro del dirigente. Además, tanto Castillo como Pomares fueron reconocidos por testigos.
La hipótesis de la Fiscalía indica que la CNU actuó en La Plata como un grupo que persiguió a disidentes políticos con la anuencia del Estado, antes y después del golpe, y que luego se salió del control de las fuerzas estatales, razón por la cual fueron detenidos y posteriormente sometidos a proceso por hechos menores, que no tenían que ver con su rol paraestatal.