Fuertes críticas a la ley provincial de excarcelaciones aprobada el jueves
“La nueva ley no responde a una política de seguridad democrática y consistente y aumentará la cantidad de detenidos en condiciones absolutamente indignas”. Con esa frase, organizaciones sociales vinculadas a los Derechos Humanos lanzaron ayer una dura embestida contra la reforma del Código Procesal Penal sancionada el jueves pasado en el Senado bonaerense que restringe las excarcelaciones a quienes sean detenidos con armas ilegales, entre otros casos.
El comunicado de repudio a la ley impulsada por el gobierno bonaerense, que firmaron la Comisión por la Memoria, el CELS de Horacio Verbistky, la Asociación Pensamiento Penal y el Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos, tuvo una réplica de parte de legisladores sciolistas.
“Es gente que no tiene un plan serio de seguridad porque, por suerte, no gobierna ninguna provincia ni municipio y entonces se dedica a escribir desde un lugar fácil”, disparó el diputado Guido Lorenzino, quien actuó como miembro informante del proyecto durante su tratamiento en la Cámara baja, en una sesión que tuvo duros cruces con los legisladores de Nuevo Encuentro que responden a Martín Sabbatella.
El proyecto impulsado por Scioli con el argumento de la necesidad de sacar de circulación las armas ilegales fue sancionado el jueves en el Senado con los votos del oficialismo, del peronismo disidente y del radicalismo y el rechazo de la Coalición Cívica y el FAP.
La iniciativa reforma el Código Procesal Penal y limita las excarcelaciones en tres casos: cuando se porten armas de fuego ilegalmente y exista resistencia o evasión a un procedimiento por parte una autoridad pública; cuando los presuntos delincuentes tengan antecedentes por comisión de delitos con armas; o en los casos que los imputados estén gozando ya de una excarcelación anterior.
Antes de la sesión del jueves pasado, la Comisión por la Memoria y el CELS junto a jueces y defensores oficiales buscaron impedir la sanción del proyecto y pidieron al vicegobernador Gabriel Mariotto que convoque a una audiencia púbica para debatirlo.
Una vez aprobado el expediente, organismos de Derechos Humanos y sociales salieron a rechazar la ley, al sostener que “el poder político insiste en la demagogia punitiva que procura responder a las demandas sociales de seguridad con el endurecimiento del sistema penal. Bajo estos mismos argumentos, en los últimos años se impulsaron más de treinta reformas procesales y los resultados han sido un fracaso”.
En el documento, que también firman el juez en lo Contencioso Administrativo Luis Arias y el Defensor Penal Juvenil Julián Axat se afirma que “para dar respuesta a las graves fallas en materia de seguridad e investigación criminal, no se requiere más encarcelamiento preventivo, sino avanzar en reformas institucionales y voluntad política de atacar los verdaderos problemas”. Las respuestas simbólicas de este tipo, además de alimentar la retórica, tienen un impacto muy profundo en los barrios populares, que son los que sufren la persecución y el hostigamiento policial, mientras los dueños de los negocios circulan libremente”.
La senadora de la CC María Isabel Gainza también cargó ayer contra la reforma, al señalar que “es un mamarracho, está pésimamente articulada y muy mal redactada”. “Lo que tiene que hacer el gobierno es ofrecer seguridad para que la gente no se arme más y pensar políticas encaminada a lograr un desarme real, para lo que es imprescindible atacar la corrupción”, agregó.