Ocho años de prisión para la apropiadora del nieto recuperado 120

buenos aires 31ago2015 La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, anunció este mediodía la restitución de la nieta 117, nacida en marzo de 1978, hija de los mendocinos Walter Dominguez y Gladys Castro, y destacó la recuperación del "derecho a la identidad". foto tito la penna/telam/dsl
Al finalizar el juicio por la apropiación y supresión de la identidad en 1977 del entonces recién nacido José Luis Maulín Pratto, el Tribunal Oral Federal de Santa Fe condenó, además, a seis años de prisión a la médica obstetra Elsa Nasatsky, que participó de la entrega del recién nacido. No obstante, no cumplirán la pena hasta que quede firme la condena.

El TOF de Santa Fe señaló a la apropiadora Cecilia Góngora como autora penalmente responsable de los delitos de retención u ocultamiento del bebé previamente sustraído a su madre, falsedad ideológica de documento público y alteración de estado civil del recién nacido, que fue inscripto bajo la identidad falsa de José Luis Segretín.

La apropiadora fue sentenciada a ocho años de prisión y la obstetra que intervino en el parto, como autora y partícipe necesaria de los delitos de falsedad ideológica de documento publico y alteración de estado civil de Maulín Pratto.

La médica fue en cambio absuelta de los delitos de retención y ocultamiento de la víctima, por los que también había sido acusada en este proceso. Un tercer imputado en la causa falleció dos años antes de la sentencia dictada hoy: el entonces jefe de Inteligencia de la Brigada Aérea de Reconquista, Danilo Sambuelli, murió en 2014 tras ser condenado a 21 años de prisión en otro juicio por delitos de lesa humanidad.

Finalmente, el TOF fijó para el 6 de octubre próximo la audiencia en la que se leerán los fundamentos de la sentencia. «Me siento muy bien, satisfecho. Vine a buscar lo que me faltaba y ahora me lo llevo, que es la restitución definitiva, legal, de mi nombre, que no tuve hasta ahora», declaró José Maulin Pratto declaró a Télam una vez conocido el fallo condenatorio.

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