“A muchos, Néstor les devolvió la dignidad, pero a mí me devolvió la identidad»
Pablo Javier Gaona Miranda, el nieto 106 en recuperar su identidad, expresó que “Néstor (Kirchner) demostró un interés por buscar a los hijos de sus compañeros, porque eso era lo que había pasado, se habían robado a los hijos de sus compañeros”.
“Eso es lo que siento. Tuvo un interés y lo llevó a cabo», dijo, y agregó: “A muchos, Néstor les devolvió la dignidad, pero a mí me devolvió la identidad y la posibilidad de estar hoy hablando de mi historia porque mi proceso de búsqueda empezó en 2008 y cuando muchos jóvenes empezaron a asumirse como kirchneristas porque ahí se dio el despertar político de mucha gente”.
Hasta el 1 de agosto Pablo era Leandro, y con ese nombre y sus ganas de averiguar sobre su identidad fue este año por primera vez a la manifestación del 24 de marzo a repudiar el golpe de Estado de 1976: «Porque yo defendía la política de Derechos Humanos y a las Abuelas, pero no iba antes porque estaba perseguido. Hasta que este año me animé”, contó.
“Fue el 29 de junio a las 4 de la tarde, hacía mucho frío y me presenté allí y fue la primera vez que iba a contárselo a alguien”, recordó.
El joven de 34 años relató: “Siempre tuve la sensación de que me estaban buscando pero recién a fines de 2008 decido que tengo la necesidad de irme a hacer el ADN. Cuando le cuento a mi madre de crianza, me dice que ella también pensaba que podía ser hijo de desaparecidos. `Mejor que no seas porque podemos ir presos`, me dijo, y eso fue como que me lo hubiesen aceptado”.
“Ahí empecé a ver cómo era la vida de los nietos que habían recuperado su identidad, buscaba libros relacionados con la última dictadura, desde el Nunca Más hasta los libros de genética de las Abuelas, vi películas como Garage Olimpo, La historia oficial”, narró Pablo en diálogo con Télam.
Después de presentarse en Abuelas, el 4 de julio se hizo la extracción y recordó: “Tenía sospechas muy fuertes, sabía que era adoptado, en mi familia había un coronel del ejército retirado que era mi padrino, el primo de mi padre de crianza”, a quien durante la entrevista llamó “mi apropiador”.
Actualmente, Pablo vive con sus padres de crianza (como él los llama) pero piensa mudarse en enero: “Quiero tener un lugar donde poder recibir a mi familia biológica por ejemplo, porque tengo que seguir reconstruyendo mi verdadera vida”.
El encuentro con su familia biológica fue el mismo día que Claudia Carlotto, de la CONADI (Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad), lo llamó a su trabajo: «Me dijo que necesitaba que nos veamos y fui ese mismo día”.
“Claudia me dijo que mis sospechas eran ciertas y que el estudio de ADN había dado como resultado que yo era hijo de desaparecidos”, cuenta conmocionado el hijo de Ricardo Gaona Paiva y de María Rosa Miranda.
«Después de la confirmación pensaba en mi nombre. Recuerdo que me dijeron cómo querés que te digamos y yo miré la foto de mi mamá y dije si ella dijo que me llamen Pablo, ahora soy Pablo”, rememoró.
“En ese momento llamó mi tío Rigoberto, el hermano más grande de mi papá, porque se habían comunicado con él y quería verme, me consultaron y acepté. Ese mismo día me encontré con Rigoberto y Julio, su hermano más chico, que me abrazaron, lloraron y decían que yo era igual a mi papá”, precisó Pablo.
En este sentido aseguró: “Ahora me voy reconociendo en pequeños gestos, que camino como mi papá, me dice mi tío, o que hablo y miro para abajo como mi mamá; me voy reconociendo, yo no tenía donde mirarme, eso es nuevo para mí. Encontré de dónde surgía mi interés por la política y me puedo reconocer en ese rasgo que era de mis padres”, explicó.
Durante estos tres últimos meses, “se abrió una etapa para mí en la que encontré un espacio nuevo, donde puedo compartir con otros nietos recuperados mi interés por la política porque yo acompaño este modelo”, indicó.
Pablo destacó además: “La primera vez que lo vi a Néstor fue el 29 de mayo de 2003, el Día del Ejército, a días de asumir cuando fue al Colegio Militar y yo estaba ahí porque había entrado a hacer la carrera militar por mi apropiador”.
“Ese día, un Presidente que llegaba con un 22% de los votos, yendo a dar un discurso a la casa de formación de los militares, donde se formó Videla por ejemplo, y el tipo se planta y dice: “Analizar y caracterizar las conductas del poder político no es función que le corresponda a un militar” y eso me lo acordé siempre”, destacó Pablo.
Y concluyó: “Al poco tiempo me fui, no me sentía bien ahí. Hoy estoy convencido de que las Abuelas y su búsqueda son admirables, con 35 años de historia y nunca estuvieron tan apoyadas y nadie les había tendido una mano como lo hizo Néstor”.