En Mar del Plata una madre se encadenará a una Escuela Provincial destruída, para chicos con capacidades diferentes

Desde el inicio del año están reclamando el traslado del Centro de Formación Laboral N° 1 de Mar del Plata, padres, docentes y alumnos de la institución que recibe a adolescentes y adultos con discapacidad motriz y mental, y siguen sin tener respuestas de parte del Consejo Escolar local. Mientras tanto, la sede actual donde funciona el establecimiento se sigue cayendo a pedazos. La mamá de uno de los chicos anunció que está dispuesta a encadenarse hasta que se solucione el conflicto.

Elsa Beatriz Braña de Brigliano es la mamá de Jonathan, un chico de 16 años que concurre al Centro de Formación Laboral N° 1. Su hijo, quien padece una enfermedad única en el país, llegó a esa institución tras pasar por dos colegios públicos en los que sufrió en carne propia la discriminación de sus pares y hasta de los directivos. En los últimos meses, al ver el calamitoso estado en el que se encuentra el único lugar en el que el adolescente pudo integrarse, se sumó a cada una de las protestas y festivales que se organizaron para reclamar el traslado del establecimiento a un edificio acorde. Ocurre que si bien el Consejo Escolar ya determinó el nuevo destino y hasta paga desde febrero de este año el alquiler del inmueble de calle Rawson al 2735, las instalaciones no son las adecuadas para el tránsito de los alumnos con dificultades motrices.

Debido a que los meses transcurrieron y aún no se realizaron las remodelaciones necesarias, Elsa redactó una conmovedora carta abierta en la que no sólo lamenta la “discriminación” y el “abandono” de las autoridades, sino que también advierte que es capaz de encadenarse hasta recibir una respuesta concreta.

En el texto, la madre indicó: “Somos la familia de Jonathan Brigliano, alumno del CFL. Queremos en esta sencilla carta compartir con ustedes lo que sentimos. Ser padres no es una tarea fácil, por eso ser padres de niños especiales es aún más difícil porque debemos luchar con una sociedad a la que no le interesa mirar al otro. Tenemos seis hijos y dos de ellos son especiales. En el caso de Jonathan, hace dieciséis años que recorremos un camino muy duro, cargado de discriminación de todo tipo. Él es el único caso que existe en Argentina y ni aún así nadie nunca nos escuchó. Debió abandonar la escuela pública por maltrato y abandono de persona. Luchamos, nadie se imagina cuánto, pero no fue suficiente. Él perdió su autoestima, su seguridad hasta que llegó al CFL, donde3 volvió a empezar, ya con la posibilidad de aprender un oficio que le sirva para valerse por él mismo. Pero he te aquí que surge el tema de la necesidad de un cambio de edificio y, como todos sabemos, no nos han dado una solución».

«Comenzaron los pedidos a las autoridades, la reducción horaria para los chicos, las manifestaciones… Y sin embargo nadie se hizo cargo. El otro día, mi hijo dijo: ¿Por qué no tenemos la escuela nueva? ¿Por qué no ponen gente de aquí a trabajar para que sea más rápido? Yo no tenía una respuesta. O tal vez sí. ¿Saben qué siento? Que somos discriminados una vez más, pero lo triste es que esta vez lo hacen quienes se deben ocupar, las autoridades. Hablamos de inclusión o de integración, de igualdad de oportunidades pero esas son sólo palabras que se las lleva el viento», agregó.

«Nos dicen que somos una ciudad turística a nivel internacional pero no creemos que sea así. Antes de construir sólo para el turismo, debemos garantizar las necesidades básicas de nuestra comunidad. Como madre debo decirles que es muy triste pensar que pasaré dos veces por este caminos pero me siento orgullosa de hacerlo. Y como le dije a mi hijo, me siento cansada de sentir que no hice lo suficiente por él y sus derechos. Por eso estoy dispuesta a encadenarme al edificio hasta lograr que nuestro pedido llegue a quien corresponda, se llame Cristina, Scioli, Pulti o quien sea. Ojalá que quienes deben oír, oigan, por nuestros hijos. No quiero volver a sentir esta sensación de abandono”, finaliza el texto.

“LO ÚNICO QUE TENEMOS SON PALABRAS QUE SE LLEVA EL VIENTO”

Por su parte, Rocina Rojas, Trabajadora Social del Centro de Formación Laboral Nº 1, dependiente de Educación Especial de la Provincia de Buenos Aires, aseguró este martes que “hasta el momento, sólo tenemos un montón de promesas incumplidas; de palabras que se lleva el viento”.

“Hemos hecho festivales, protestas y diversas actividades con artistas pero nadie nos escucha y, a esta altura del año, vemos que ya no logramos nada”, lamentó. Una de las protestas fue frente al Palacio municipal pero las soluciones por parte del intendente Pulti nunca llegaron.

En diálogo con este vespertino digital, Rocina dijo sentirse “decepcionada”. “Hablamos con la concejal Vilma Baragiola, el diputado provincial Pablo Farías y hasta el Defensor del Pueblo adjunto Cristian Azcona para pedirles que nos gestionaran una reunión con las autoridades de Educación, en La Plata, pero jamás nos consiguieron nada”, afirmó.

“Lamentablemente, la situación del Centro Laboral sigue siendo la misma de principio de año y las autoridades siguen haciendo oídos sordos a nuestros reclamos”, cuestionó.