Comerciantes de La Salada capacitan para lograr el emprendimiento propio
Comerciantes y talleristas que operan en la tradicional feria La Salada, en el sur del GBA, pusieron en marcha -a principios de este año- una serie de talleres gratuitos de formación sobre industria textil.
Los talleres están orientados hacia personas con menores competencias laborales, con el objetivo de capacitarlas para mejorar su perfil en el mercado laboral o gestionar su propio microemprendimiento.
La iniciativa cuenta con el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (UIA), la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) que aportan sus conocimientos para organizar y llevar adelante este ciclo formador.
Desde comienzos de este año, una cincuentena de personas acuden a la convocatoria lanzada por el administrador de la Feria, Jorge Castillo, para todos aquellos que quieran iniciarse en el oficio de cortadores, costureros, confeccionistas de ropa y realizadores de moldería.
Así se armó la primera camada de “estudiantes” que semanalmente concurre a las clases dadas dentro del complejo conocido como Punta Mogotes a orillas del Riachuelo, en Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora.
Docentes de la carrera de Diseño de Indumentaria de la UBA y de Ingeniería Textil de la UTN enseñan a personas que ya se animaron a coser o a cortar, todos los oficios y especialidades vinculadas al rubro textil.
El INTI también aporta técnicos; y el espacio y las máquinas son cedidos por la Asociación Civil de Comerciantes e Industriales Profesionales del Conurbano Sur, entidad conformada por feriantes de La Salada y potenciales empleadores de estos jóvenes en el corto plazo.
“Lo que hacemos en este taller es una capacitación integral de los emprendedores. Partimos de dónde se pueden comprar los materiales, ayudamos a reconocer los distintos materiales textiles que hay, cómo se realiza un diseño, qué cosas se deben tener en cuenta, hasta llegar a la producción”, indicó a Télam, Omar Torres, ingeniero textil del INTI, de la Gerencia de Proyectos Especiales, Programa Tecnologías Sustentables.
Destacó que “el objetivo es generar el afloramiento de la creatividad de los emprendedores”, y advirtió que “también hay una etapa comercial en la cual aprenden a realizar un costeo y la venta de lo producido”.
Además subrayó que “se abordan los distintos tipos de formatos asociativos que pueden adoptar, como emprendimientos familiares, juntarse con vecinos o formar una cooperativa de trabajo”.
“La idea es que puedan tener la mirada puesta en la legitimación de su trabajo, operar en la legalidad y en un marco de reconocimiento social” afirmó Torres, quien remarcó que “la mirada de base está puesta en que puedan aprender desde cero algo que no saben, o mejorar conocimientos adquiridos”.
Destacó que “el taller es participativo, se comparte el conocimiento”, y añadió que “la mirada de fondo que tenemos conjuntamente es lo sustentable en lo económico, lo ambiental y lo social”.
“Esta población emergente, creciente, está produciendo cambios positivos a pasos agigantados”, puntualizó el ingeniero del INTI.
Los talleres también cuentan con un área de aprendizaje de reciclado, para incorporar los desechos al siguiente ciclo productivo.
En cada pared se puede leer un cartel de “emisión cero”, y es en este aspecto donde la participación del INTI se vuelve clave.
Pronto abrirán también un taller de calzado y el objetivo final es contar con una Escuela de Artes y Oficios, que ya se está construyendo en el predio y comenzaría a funcionar el año próximo.
Allí se podrán desarrollar una serie de capacitaciones -porque los requerimientos poblacionales son muchos- como talleres de electricidad, mecánica, estampado, textil, soldadura, seguridad e higiene, carpintería o informática.
“El éxito de esta iniciativa -cero deserción, aumento de inscriptos, necesidad de ampliar los talleres- nos llevó a ofrecerlo como alternativa para jóvenes que estén judicializados o en riesgo”, señaló Jorge Castillo, el administrador de La Salada, y mentor de la iniciativa.
Y remarcó que como “la feria es pujante y dinámica”, quien “se sume a esa lógica y aprenda el oficio, rápidamente podrá vivir con dignidad gracias a su trabajo, a lo producido con sus manos. Nuestro lema es `precio justo, trabajo digno`”.
En ese sentido, representantes de la Defensoría del Menor de Lomas de Zamora ya visitaron las instalaciones y conversaron largamente con coordinadores y aprendices, al cabo de lo cual se mostraron muy interesados en llevar a menores internos y procesados a capacitarse.