Caso Priscila: el pastor recomendó «descartar el cuerpo»

«Se me fue la mano, la maté», habría confesado la madre. Un hermanito de la nena escuchó la conversación.

El aberrante crimen de Priscila tomó un giro inesperado. La confesión del crimen por parte de la madre a un pastor conocido, sería la clave para develar el misterio. Ahora, el abogado Julio Torrada, que representa al padre biológico de Priscila, contó algunos detalles de los momentos posteriores al asesinato.

Al parecer, Silvina Lafuente, madre de la niña, le pidió un «consejo» al pastor Doroteo Ledesma. «Se me fue la mano con Priscila, y la maté», le habría dicho la mujer, según consta en la justicia. «Tenés que descartar el cuerpo de Priscila. Sin cadáver, no hay delito». Esa frase se la escuchó uno de los hermanitos de la menor al pastor.

«Un hermanito de la nena escuchó la conversación entre Silvina Lafuente y Ledesma, contando que el pastor le dijo que tenía que deshacerse del cadáver de Priscila para que no haya delito alguno. Además de resultar aberrante, confirma que Ledesma tuvo una participación clave en el homicidio. Tiene que ser imputado y detenido», contó Terrada a Diario Popular, sobre el hecho que habría ocurrido el 4 de enero.

Hasta el momento, la fiscalía de Berazategui que detuvo e imputó por el homicidio a Lafuente y su pareja, Pablo Verón Bisconti, citó a declarar al «pastor» Ledesma, quien oficialmente contó que fue convocado ese sábado por la madre de la nena de manera telefónica, en estado de nerviosismo.

Es por eso que Torrada aseguró: «Pediremos a la fiscalía que convoque a una Cámara Gesell al niño y así pueda constar en la causa esta situación». Para el abogado Torrada, «es evidente que el pastor Ledesma tiene un ascendente o influencia total sobre la madre de Priscila, ya que primero ella lo llamó por teléfono para contarle que la niña estaba muerta y luego escuchó sus consejos, cumpliéndolos a rajatabla, porque ya sabemos que los imputados intentaron calcinar el cadáver en una parrilla de la casa y posteriormente introdujeron el cuerpo en un carrito de bebé para abandonarlo en un río».