En Vicente López el «otro» Macri manda alimentos en mal estado a las escuelas
Así mismo se sirven en las escuelas. Los docentes acusan al intendente Jorge Macri y a empresas proveedoras de distribuir comestibles en mal estado, con larvas de insectos y moho, en jardines y escuelas primarias. El reclamo de SUTEBA y los duros informes de Bromatología.
“Excremento de ratas, moho, fuerte gusto ácido, larvas de insectos y moscas muertas son algunos de los «toques gourmet» encontrados en los alimentos que la administración del intendente Jorge Macri distribuye en jardines de infantes y escuelas de nivel inicial de Vicente López, a través de contrataciones gestionadas por el Consejo Escolar”, consigna un extenso informe publicado hoy por el diario Tiempo Argentino, con la firma del colega Daniel Enzetti, que AgePeBa reproduce aquí.
Desde el comienzo del actual ciclo lectivo, dos de las tres empresas implicadas, Las Garzas SA y Distribuidora Juama SRL, fueron dadas de baja, no por iniciativa de las autoridades, sino debido al reclamo de varias directoras de los establecimientos afectados. La que continúa a pesar de todo es Teylem SA, una firma que los docentes de Vicente López acusan de descargar mercadería con remitos sin el precio unitario de los productos ni el monto general, e intentar ingresar a las aulas alimentos sin control bromatológico.
Los comestibles cuestionados fueron recibidos por unas 20 escuelas de nivel inicial y 18 jardines para 3, 4 y 5 años de edad, además de institutos de educación especial para chicos con discapacidad mental y motora. Todos dependen de la provincia de Buenos Aires, que mensualmente gira una partida de dinero a las autoridades municipales, que se ocupan de realizar las compras y elegir a los proveedores. Las entregas contaminadas y en mal estado incluyen dulce de leche con hongos, conservas pinchadas y con tapas abiertas, pan duro, facturas del día anterior que deben ser horneadas para su consumo y mermeladas con colores que evidencian descomposición.
Algunos casos fueron mencionados en una denuncia que a fines de marzo presentó SUTEBA, el gremio que dirige Roberto Baradel, ante la Fiscalía del distrito, advirtiendo que el Consejo «efectúa contrataciones directas en cuanto a la compra de los alimentos, y los reparte discrecionalmente a las distintas escuelas y jardines», y que los docentes «concurrieron con las muestras de mercadería a Bromatología de la Municipalidad a fin de constatar científicamente el mal estado de los alimentos, pero allí les negaron la recepción y estudio de ello».
En diálogo con Tiempo Argentino, la maestra Silvia Bellitti explicó que «después de esa primera presentación, los casos se multiplicaron, y para evitar un escándalo, la Dirección de Bromatología de la comuna no tuvo más remedio que estudiar las muestras y reconocer que lo que le daban a los chicos no era apto para el consumo humano». Para Bellitti, «la responsabilidad de Macri es directa, porque los cargos en el Consejo Escolar son políticos, y su manejo corre por cuenta del PRO». Además, agregó: «Cuando pedimos explicaciones sobre las empresas, nos dijeron que eran las únicas que estaban en condiciones, pero todos sabemos que esto se mueve por contactos.»
En el informe Nº 2359 de la Dirección de Bromatología y Zoonosis de la Secretaría de Salud Pública, el examen macroscópico de las muestras de quesos enviadas por el Jardín de Infantes Nº 901 detectó «sustancias extrañas a su composición», «masa homogénea, sabor y olor alterados», y la presencia de «larvas de insectos» y una «mosca adulta». El estudio lleva las firmas de las doctoras Silvia Dario y Graciela Moschini, que catalogaron a la mercadería como «no apta para el consumo». También fue analizado el pan destinado a los chicos de ese jardín, donde se observó «la presencia de excremento de roedor».
Elda Mazas, responsable de cultura de SUTEBA en la delegación VL, afirmó que el macrismo de Vicente López «intenta dividir a los docentes, para que el tema no trascienda. Hace algunas semanas, María Dos Santos, secretaria del Jardín Maternal Nº 1, llegó de causalidad al Consejo Escolar, en medio de una convocatoria a varias directoras que habían recibido alimentos contaminados. Son atribuciones que el Consejo no debe tomar sin comunicación previa a la jefatura distrital, porque las escuelas no son del municipio, sino de la provincia». La jefa distrital, Silvia Cicociopo, confirmó a los docentes que nadie le había pedido autorización para un encuentro de ese tipo.
Por otra parte, Bellitti sostuvo que, con la excusa del abaratamiento de costos, la administración de Jorge Macri «aduce que algunas cosas conviene comprarlas en bolseros». La maestra relató que es común que una escuela reciba 500 kilos de yerba, otra 200 kilos de azúcar, y algún jardín tenga que almacenar 300 cajas de té, mercaderías que terminan arruinándose al no organizarse su distribución y no existir depósitos adecuados. Puso como ejemplo lo ocurrido el último verano en el Jardín Nº 8, donde hubo que tirar todo el azúcar por la humedad. También aseguró que algunos remitos se entregan en blanco, lo que hace imposible controlar lo que bajan de los camiones, y que en otros figura una mercadería cuando se provee otra; que muchos artículos no tienen marca ni característica, y que en las épocas de calor los comestibles no son transportados con la debida refrigeración.
El escándalo de los alimentos ya le costó el cargo a la anterior directora del Consejo Escolar, Silvia Romero, elegida por Jorge Macri en las últimas elecciones. Romero primero se tomó una prolongada licencia y después el PRO decidió su salida. Actualmente, el cargo lo ocupa Alejandra Otanio.
Tiempo tuvo acceso a varias de las cartas enviadas por las escuelas al Consejo. En una de ellas, Hilda Deluchi, vicedirectora de la E.P. Nº 15 Estanislao Zeballos, contó haber recibido queso «con muy mal sabor», dulce de leche «con hongos» y remitos con fechas alteradas. Nora Delgado, directora de la Escuela Especial Nº 504, manifestó que la mercadería era «insuficiente y no respondía a ningún menú», que en algunas oportunidades las frutas y verduras estaban «en mal estado», que «varias veces hubo que tirarlas» y que en ocasiones «la cantidad especificada en el remito no coincidía con la cantidad entregada». Delgado agregó que las empresas llevaron apenas 3 kilos de carne picada para 80 adolescentes, tres pollos para la misma cantidad de chicos, queso «muy salado, pastoso, incomible», pan y facturas «gomosos» que «hubo que tostarlos» y pizzetas «hechas con figazas, una rodaja de queso de máquina y un poco de orégano». En la nota de la E.P. Nº 17 se describe que «los proveedores entregan en este ciclo lectivo queso de mezcla para rellenos, el cual no cumple con las mínimas normas de calidad: tiene un gran contenido de sodio y es lo menos parecido a un QUESO (sic), por lo tanto, incomible». Además, se señaló que «en los remitos no figura el nombre del producto ni el número de lote, requisito indispensable para constatar si el producto ha sido adulterado», que «hemos recibido leche con hongos» y que «el pan y la factura no son siempre elaborados en la fecha de consumo». Por último, la escuela remarcó que «cuando la administración de los recursos lo tenía la Asociación Cooperadora contaba con proveedores del barrio, a quienes se les hacía el reclamo en el momento, y nos exigían, desde el Consejo Escolar y la reglamentación vigente, productos de primeras marcas. Actualmente, no sucede y sentimos que nuestros reclamos son desoídos».
Ante esta serie de denuncias, la primera respuesta de la comuna fue sostener que todo era una gran mentira, y la segunda, que los casos formaban parte de operaciones políticas contra la familia Macri. Pero frente a la multiplicación de los casos y los informes de Bromatología que el municipio no tuvo más remedio que realizar, el intendente intentó desactivar lo que ya era un escándalo. «Salieron a buscar los productos por todo el distrito, tanto el Consejo como la municipalidad, incluso en autos oficiales», afirmó Bellitti, y recordó que «en la Escuela Nº 14, inmediatamente después a que la escribana certificó la contaminación, aparecieron camionetas municipales con hombres bastante grandotes, amenazantes, queriendo llevarse todo. Una de las camionetas era de Teylem SA». También intentaron secuestrar quesos y dulces del Jardín Nº 916, pero los auxiliares les dijeron que en el lugar «no había nada», para dar tiempo a que la Fiscalía protegiera las muestras.
«La manera en que el Municipio está en el medio también se comprueba con los estudios de bromatología, que le llegan primero a la Secretaría de Educación de Vicente López y recién después al denunciante, siempre y cuando insista y los reclame por varios días», indicó la docente Clara del Carmen Gómez. Eso pasó con un análisis fechado el pasado 6 de junio, que determinó alteraciones en el color de una partida de mermeladas para las escuelas Nº 504, 20, 4, 28 y Joaquín V. González; los jardines Nº 912 y 910; y la EGB José Mármol. El secretario de Educación, Ludovico Grillo, tuvo, antes que las directoras perjudicadas, la primicia de que «la tapa que actúa como cubierta (…) presenta en el 70% de los casos perforaciones de 1 a 3 mm de diámetro que provocan la filtración del contenido, con la consecuente pérdida de protección del alimento». Los maestros aclararon que esa provisión también corrió por cuenta de Teylem SA, una firma que además tiene como cliente al gobierno de Mauricio Macri –primo de Jorge– en la Ciudad de Buenos Aires, donde tres escuelas ya se quejaron por recibir yogures en mal estado.
La secretaria general del SUTEBA en Vicente López, Marina Mapelli, recordó que «el olor de las mermeladas era espantoso y los resultados tardaron muchísimo en llegar a las directoras», y subrayó que «para colmo, Bromatología los entregó antes al Consejo y a la municipalidad. Nosotros no dependemos del distrito y esos datos no deberían haber pasado por ahí».
En el ambiente escolar del distrito coinciden en que, desde la asunción de Jorge Macri, identificar responsabilidades se hace difícil a partir de la proliferación de funcionarios en el área educativa. Con la llegada del actual intendente, la Dirección de Educación se transformó en Secretaría, debajo de la cual cinco directores se manejan con amplio poder de decisión. Y las tasas municipales imprescindibles para sostener esa estructura aumentaron en el distrito un 80% en lo que va de 2012.
Bellitti lamentó que, por esta situación, muchas docentes se hicieron «expertas en nutrición». Una de las cosas que aprendió es que «el queso que proveen las empresas contratadas por el macrismo figura como ‘reconstituido’. Es decir, una pasta que se fabrica de restos. Lo rejuntan, es excesivamente salado y lo hacen pasar como un producto de alta calidad».
Para la dirigente sindical Elda Mazas, estas políticas en Vicente López son una continuidad de las aplicadas en la Ciudad de Buenos Aires. «Hay un intento de municipalización de la escuela pública, y el fenómeno es a la inversa que el promovido por el gobierno nacional, que dio cabida a las provincias en la toma de decisiones», concluyó.
La denuncia del gremio
La denuncia que SUTEBA presentó en la Fiscalía de Vicente López fue ratificada ante escribano público por la secretaria general del sindicato en el distrito, Marina Mapelli, y rubricada por la notaria Karina Vanesa Salierno.
Entre otros puntos, el texto menciona muestras tomadas de envases de dulce de leche en la Escuela Primaria Nº 14. «Procedí a abrir sus respectivas tapas y constaté que el dulce de leche que se encontraba en su interior y los restos del mismo pegados sobre la parte interior de la tapa de aluminio, tenían hongos», explicó Salierno.
También se refirió a una horma de queso cremoso de relleno procesado. «Según me manifestaron los empleados del establecimiento –sostuvo la notaria–, el queso presentaba un gusto ácido, picante, no tenía la consistencia natural del queso cremoso, sino que parecía fibroso y al cortarlo se separaba en tiras».
Asimismo, Salierno señaló que, según los empleados del establecimiento que trabajan en la cocina del comedor, «es usual que el pan que reciben tenga gusto ácido o esté pasado de fermentación».
Por último, indicó que «todo lo constatado coincide con las diez fotografías que tomé durante la diligencia, la que una vez impresas y debidamente certificadas, formarán parte del testimonio de la presente».
El «menú» no aptó para consumo
Listado de los alimentos cuestionados que las empresas contratadas por el PRO distribuyeron en jardines de infantes, institutos de nivel inicial y escuelas especiales de Vicente López, según denuncias presentadas por los directivos de los establecimientos.
Jardín 906: queso en mal estado.
Jardín 907: queso en mal estado y dulce de leche con moho.
Jardín 912: pan con falta de cocción, queso ácido, dulce de leche con fecha de vencimiento habilitada que al abrir los tarros tienen moho.
Jardín 915: dulce de leche en mal estado con hongos, horma de queso con mal sabor.
Jardín 916: queso no apto para consumo.
Jardín 917: queso con mal sabor y dulce de leche con moho.
EP 5: no recibió alimentos secos (té, cacao, azúcar, yerba) y el queso «es incomible».
EP 6: queso con sabor desagradable.
EP 7: dulce de leche con moho y queso en mal estado. No recibió yerba, té ni cacao.
EP 10: queso muy salado, se desgrana y no se puede comer; dulce de leche con hongos.
EP 14: dulce de leche en estado de descomposición, y queso agrio y picante.
EP 15: queso de horma con muy mal sabor, dulce de leche con hongos, 48 leches en lugar de 60 como indicaba el remito.
EP 17: queso de mezcla para relleno que no cumple con las normas de calidad, remito irregular, dulce de leche con hongos.
EP 19: dulce con moho, queso «incomible».
EP 20: queso y dulce en mal estado.
EP 28: menos leche que el año anterior, dulce de leche con hongos y queso muy salado y de aspecto acuoso.
EP 30: cuenta con 134 alumnos y le asignaron 104 cupos.
SB 5: queso de mala calidad y feo sabor.
Escuela Especial 504: tiene 87 cupos pero en ocasiones recibe frutas para 75 o carne y alimentos perecederos para menos.
Casos testigo: una primaria y un jardín
La Escuela Nº 4 Domingo Faustino Sarmiento es una de las tantas instituciones que tuvo problemas con los alimentos provistos. En este caso, se trató de una partida de mermeladas en las que los estudios detectaron muchos potes con perforaciones en las tapas.
La misma situación ocurrió en el jardín de infantes Nº 910 Martha A. Salotti, de donde también se analizaron muestras de las mermeladas pinchadas. El informe de bromatología determinó que hubo «filtración del contenido y la consecuente pérdida de protección del alimento».