Giustozzi quiere que los vecinos se denuncien entre sí

Parece que los tiempos de denunciar a tu vecino no terminaron para todos. Esas épocas negras donde te pedían, te obligaban y hasta forzaban a poner en evidencia a aquellos que, según la dictadura instaurada, hacían algo. “Por algo habrá sido” y “Algo habrá hecho”, eran las muletillas de moda para desligarse de la inminente responsabilidad de hacer que caigan sobre el otro en base a nuestros dichos. Frases que aun, lamentablemente, se siguen oyendo en muchas bocas.
El segundo candidato a diputado nacional en la lista de Sergio Massa y actual intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi, dio a conocer públicamente su idea de presentar un proyecto de ley en la Cámara de Diputados para eliminar los piquetes como metodología de protesta, de hecho, en declaraciones a Radio América, Giustozzi afirmó que desde el massismo están “trabajando para que el conjunto de la sociedad castigue, deslegitimando esa modalidad (la del piquete como método de reclamo y protesta), a las organizaciones que lo hacen con nombre y apellido”. El candidato a diputado por el Frente Renovador, detalló el proyecto que pretende impulsar: “Vamos a hacer un sitio web donde diga quién lo hace, por qué y cuáles fueron los trastornos generados, incluso calculando los costos que genera un piquete de estas características”.

En diálogo con el diario Tiempo Argentino, fuentes cercanas al intendente recordaron que la propuesta de Giustozzi no es una invención reciente: “Darío viene analizando el tema de los piquetes desde hace rato y ahora trasladó esa idea al espacio del Frente Renovador para ver la posibilidad de presentar un proyecto de ley”, dijeron desde el entorno de Giustozzi. Y apuntalaron aquel concepto odiado de denunciar al prójimo, a aquel que nos parece que está ‘haciendo algo’, proponiendo “una ley a través de la cual sea la misma ciudadanía la que sancione esta metodología”.

Ya en este país se rompió el tejido social, ese que aun estamos reconstruyendo, viéndonos en el otro, en sus problemas, sus necesidades. Y se rompió, entre otras cosas, porque nos enseñaron que despreocuparnos del otro estaba bien, que nosotros éramos los buenos y el otro el peligro, lo malo, lo que había que denunciar para sacarlo de en medio y tener una linda sociedad sin problemas, sin ruidos, sin escándalos, total, por algo se los llevaban, ¿no? Eso enseñaron y eso aprendieron muchos. Y eso quiere volver a traer Giustozzi en plena democracia, en pleno rearmado de esos lazos fraternales implotados allá, en el país del genocidio, hace más de 30 años. No sólo pretende que los ciudadanos denuncien los piquetes, sino que se denuncie la identidad de aquel que reclama. Porque el derecho a transitar no es precisamente el motivo central de esta idea del candidato massista, sino avanzar sobre una metodología nacida de la crisis, de la urgente necesidad, y, sobre todo, avanzar sobre los individuos que la practican.

Ya vivimos y sufrimos este tipo de iniciativas, tenemos la alerta siempre vigente cuando alguien, quien sea, quiere reinstaurar alguna de las prácticas que tanto mal nos han hecho como sociedad, que nos han debilitado en conjunto, de las cuales, de a poco y con esfuerzo colectivo, nos vamos reponiendo y volvemos a ver al otro con la mano extendida para solidarizarnos, no con la mano extendida para señalarlo con el dedo. Algunos no se sienten cómodos reconociéndose en los demás, al contrario, les asusta. Y por eso quieren retrotraernos a viejas y oxidadas mañas de la derecha, solapadas de ideas de frentes políticos renovadores.