Independiente y Racing, las dos caras de Avellaneda
Pasó la octava fecha del Torneo Inicial del fútbol argentino y no fue una jornada más para los equipos de Avellaneda. Dos de los equipos más grandes del país atravesaban un momento complicado antes de sus partidos, con jugadores discutidos y técnicos discutidos, más allá que Américo Rubén Gallego haya asumido recientemente en Independiente. Pero los resultados dejaron un ganador y un perdedor: el “rojo” no pudo en su casa con All Boys y sigue por primera vez en su historia en zona de descenso. Racing, con Luis Zubeldía mirado de reojo, tenía la prueba de fuego ante River, que le “tira” la camiseta en la cancha y le gana. Sin embargo la “academia” se hizo fuerte, lo venció por 1 a 0 y pone el ojo de la tormenta en su rival de toda la vida.
ZONA DE RIESGO
Tras la derrota frente a Boca, pero habiendo jugado un buen primer tiempo, Independiente tenía la oportunidad de revertir la imagen en el “Libertadores de América” ante un All Boys que venía golpeado. Lejos de hacerlo, el equipo del “Tolo” volvió a jugar mal, no tuvo juego, le costó mucho generar situaciones de gol, la última línea no ofreció solidez y lo empató de carambola a poco del final.
La impaciencia de la gente ya no distingue nombres. El entrenador se salva por pasado y porque agarró el fierro caliente que no pudo sostener Cristian Díaz, pero será cuestión de resultados que también caiga en las críticas de los hinchas. Ni el tanto de Ernesto Farías cambió el humor de los que llenaron el estadio esperanzados en una recuperación y se fueron con la frustración de un empate que no estaba dentro de los planes, un rendimiento opaco y el último lugar en el promedio del descenso.
Por primera vez en su rica historia, Independiente pena verdaderamente con la pérdida de la categoría. Lo que antes parecía irrisorio, que uno de los grandes baje a la Primera B Nacional, se esfumó tras el histórico descenso de River, otro de los que pelea nuevamente con los “diablos” junto a San Lorenzo, de los equipos de mayor renombre.
Las cargadas a Racing por los padecimientos en los años anteriores se le volvió en contra. Independiente aún sigue siendo junto a Boca, uno de los clubes que nunca descendió, que es cuna de grandes talentos y que se consagró como el “Rey de Copas” por sus innumerables títulos internacionales. Pero hoy no tiene a Bochini, a Bertoni, Luis Artime, el “chivo” Pavoni, Burruchaga, Marangoni, ni siquiera a “Rolfi” Montenegro, Federico Insúa o Andrés Silvera, valuartes del último campeón local en el 2002. La historia se le vino encima, el presente lo apremia y el futuro es la mayor preocupación con el objetivo principal de la permanencia.
MUESTRA DE CARÁCTER
Habia un partido que podía tener un antes y un después en el ciclo de Luis Zubeldía al frente de Racing. Porque en la semana el presidente Cogorno tuvo que salir a respaldarlo y afirmar que la continuidad no estaba en duda. Pero el trabajo se mantiene a base de rendimientos y, sobre todo, resultados. Al ex técnico de Lanús le cumplieron todos los pedidos, le llevaron doce refuerzos y armó el equipo que él quería para el Inicial. Por lo tanto, las excusas eran pocas, la victoria frente a Independiente quedó demasiado lejos y las dos últimas derrotas cobraron más importancia de la que hubieran querido.
Si le preguntaban a los hinchas a que rival preferían para salir de la malaria y recuperar la senda de la victoria, ninguno hubiera elegido a River. Los “millonarios” lo tienen de nieto, le llevan la mayor diferencia en el historial entre equipos de los denominados grandes, le ganó 86 partidos contra 37 de la “academia” y 42 empates. Para encontrar una victoria albiceleste había que remontarse al Clausura 2009, cuando lo venció por 1 a 0 con gol de Pablo Luguercio.
Sin embargo, con el diario del lunes, lo mejor que le pudo pasar a Racing es chocar contra River. O mejor dicho, contra este River. Porque los de Zubeldía no fueron una maquinita ni mucho menos, pero supieron cerrar los pocos circuitos de juego del local, cuidó el cero en su arco y, a medida que transcurrían los minutos, la impaciencia de la gente le jugaba a favor. Ni hablar cuando Matías Cahais se encontró absolutamente solo en el punto del penal, sentenció a Barovero y puso el 1 a 0 que fue definitivo.
Racing le ganó a River y fue una muestra de carácter para un equipo que la necesitaba y para un técnico que ahora trabajará un poco más tranquilo en la búsqueda de encontrar el mejor funcionamiento para pelear hasta el final el torneo.