Las cacerolas, otra vez

Después de varias semanas de organización, llegó el famoso cacerolazo «espontáneo», llamado 18A. Las repercusiones fueron grandes. Los mensajes siempre los mismos. La cantidad de gente nunca será la estimada. En los pueblos por centenares, en las ciudades los miles y en la Capital, serán los cientos de miles. Gente que se dice ajena a la política. Ajena a los partidos políticos. Pero marchando con líderes opositores.

Hubo cacerolazos en el exterior también. Con mensajes poco claros, más precisamente, con carteles que sólo tenían escrito una fecha: «18 N». Para ser protesta, podemos decir que está bastante floja de argumentos. Sólo una adhesión a la fecha de un cacerolazo, repetimos, «espontáneo».

Tandil no estuvo ajena. La noche ayudó con el clima. La plaza se vio con muchas banderas argentinas. No sabíamos si es que ganamos un mundial de futbol o que realmente se trataba de una protesta (o marcha….o como se la quiera llamar). Vimos muy pocos carteles. Sobre todo con ideas constructivas. No encontramos ninguna pancarta que reclamara mejor educación. No vimos ningún ‘trapo’ al que le preocupara que haya pibes en la calle. Ninguno que reclame el reconocimiento de tierras a los pueblos originarios. Ninguno contra la violencia de género, la trata de personas, o el abuso infantil. Mucho menos, carteles que hablen de igualdad de derechos. La palabra igualdad parece no existir en estas marchas.
Los únicos carteles que vimos, hacían alusión a la corrupción y a la democratización de la justicia. Vaya casualidad. Los dos temas que instalaron los medios durante esta última semana, a través de la farándula y la delgada línea entre lo real y lo ficcionario.

Llegó el jueves. Pasó el jueves. Otra vez las ollas se escucharon, muy distintas a las del 2001. Sin muertos, como los hubo en el 2001. Sin represión, como la hubo en el 2001. Hubo incidentes, sí. Fueron atacados los medios de prensa. Fotógrafos y periodistas que estaban trabajando.
La supuesta marcha pacífica que no es tan pacífica. El supuesto cacerolazo espontáneo, no fue tan espontáneo. Curiosa la dictadura, que los deja marchar a la plaza, y luego volver a sus casas y continuar con su vida normal.
Nos preguntamos entonces, la marcha de esta noche, ¿Habrá sido tal?

Antes de terminar este texto, pudimos leer en Twitter alguien que escribió con mucha sabiduría: «Si mezclás todos los colores, te queda marrón, como el cacerolazo de hoy».

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