El Negro Olmedo sigue vivo en el humor popular

olmedo alberto negro

Alberto Olmedo es sinónimo de humor y su mito se acrecienta día a día. Este martes se cumplen 25 años de su trágica muerte, pero el popular Negro sigue más vigente que nunca.

Nacido en el humilde barrio Pichincha de la ciudad de Rosario, lo crió su madre sola, Matilde Olmedo (a quien posteriormente homenajeó haciéndose conocido por el apellido materno, puesto que a su padre no llegó a conocerlo). A los seis años, además de concurrir a la Escuela 78 Juan F. Seguí, comenzó a trabajar en la verdulería y carnicería de José Becaccece, en la calle Salta 3111, obviamente para ayudar a su madre que no daba abasto para criarlo sola.

En 1947 comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo del espectáculo a partir del momento que se integra a la claque del teatro La Comedia. Al año siguiente, con su amigo Osvaldo Martínez se incorpora al Primer Conjunto de Gimnasia Plástica en el Club Atlético Newell’s Old Boys, a pesar de que él siempre fue hincha de la «contra», Rosario Central.

Un canalla «leproso»

Por esa época también participa en una agrupación artística vocacional que funciona en el Centro Asturiano de su ciudad natal. Cuatro años más tarde, forma junto a Antonio Ruiz Viñas el dúo Toño-Olmedo y ahí se puede decir que saca chapa de profesional y comienza a ganar los primeros dineros como artista. Ya profesionales, la pareja actúa en varios espectáculos, entre ellos Gitanerías, dirigido por Juanito Belmonte.

Para fines de 1954 ya era como que Rosario le quedaba chico y decide viajar a Buenos Aires para probar suerte y buscar nuevos horizontes. En mayo del año siguiente, ingresa como switcher a Canal 7, que en ese entonces estaba en la esquina de Ayacucho y Posadas. Este primer trabajo en televisión, aunque no fuera artístico, sino un trabajo técnico lo consiguió por recomendación de su amigo Pancho Guerrero, a quien conocía desde Rosario.

La prehistoria de Piluso

En 1957, se puede afirmar que comienza la «prehistoria» de una de sus más grandes creaciones, El Capitán Piluso, puesto que el productor Julio Moller 1959 debuta como actor cinematográfico interpretando un papel secundario en un film de Rubén Cavallotti.

Ahora sí, al año siguiente, en Canal 9 comienza con su memorable creación, El Capitán Piluso, su primer gran éxito, ciclo que dura poco más de tres años en esa emisora. Tras el nacimiento de Marcelo, su segundo hijo, a fines del ’64 ingresa al elenco de Operación Ja Ja, un programa de Gerardo y Hugo Sofovich, que se emitía por Canal le ofrece protagonizar un ciclo infantil los sábados al mediodía y ahí nace Joe Bazooka, un antecesor del antes mencionado.

Este programa se mantiene tres años en el aire, pero Olmedo no deja de trabajar al mismo tiempo como técnico.

Al año siguiente se casa con Judith Jaroslavsky y al poco tiempo nace su primer hijo, Fernando, quien murió trágicamente junto al cantante cuartetero cordobés Rodrigo, El Potro. En 11, donde conoce a Javier Portales, con quien años más tarde conformaría la memorable dupla de «Borges y Alvarez», dos composiciones actorales memorables.

Ni tan Fresco ni tan Batata

Tras el nacimiento de su tercer hijo, Mariano, se separa de su primera esposa. Su fracaso sentimental influye negativamente en su actividad laboral y son «épocas difíciles» las que le tocan vivir artísticamente. Con posterioridad se casa con Tita Russ y en 1968 nace Javier, su cuarto hijo.

A partir de ahí la vida comienza a sonreírle profesionalmente a través de otras dos grandes creaciones, los personajes Rucucu y el Yéneral González, en la Operación Ja Ja de los hermanos Sofovich. En 1969 participa del embrión de lo que fuera No Toca Botón, puesto que interviene en El Botón, por Canal 9, y además presenta Domingos de Teatro Porteño, realizando algunas actuaciones especiales en Domingos de mi Ciudad. Al año siguiente nace su única hija, Sabrina.

En 1972 pasa a formar parte del staff artístico de Canal 13 e interviene en ciclos como El Chupete, con libros de Juan Carlos Mesa y Jorge Basurto, y Fresco y Batata, junto a Jorge Porcel, que lo catapultan para protagonizar en teatro su primer gran éxito junto a Susana Brunetti con la comedia musical Promesas, Promesas en el ya desaparecido teatro Odeón.

En 1980 protagoniza junto a Susana Giménez el ciclo Alberto y Susana en Canal 13, con libros de Hugo Moser y ese mismo año se estrena A los Cirujanos se les va la Mano, primera película del cuarteto Olmedo-Susana-Porcel y Moria. Al año siguiente comienza el programa No Toca Botón en Canal 11 y al poco tiempo se separa de Tita Russ.

En el verano de 1986 debuta con la obra El Negro No Puede en el Teatro Neptuno de Mar del Plata y bate el record histórico de asistencia de público a la sala, con 119.877 espectadores. Ese año gana el premio Estrella de Mar. A comienzos de 1988 vuelve a Mar del Plata para hacer la pieza Eramos Tan Pobres. El 3 de marzo de ese mismo año se estrena su película póstuma, Atracción Peculiar y dos días después sufre el trágico accidente del balcón en el edificio Maral de Cabo Corrientes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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