A dos años del hecho, arranca el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa
En el Tribunal Oral Criminal N° 1 de Dolores comienza hoy el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, asesinado el 1° de enero de 2020 por ocho rugbiers.
proceso se pondrá en marcha desde las 9 ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores, y a lo largo de las próximas cuatro semanas buscará determinar la responsabilidad penal de Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23), acusados por el asesinato.
En la primera audiencia, está previsto que los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García presenten ante los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari los lineamientos de su acusación contra los ocho jóvenes, imputados por el delito de «homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas» y «lesiones leves».
Luego harán lo propio los abogados Fernando Burlando y Fabián Améndola, que encabezarán la representación de los padres de la víctima en calidad de particular damnificado, y a continuación será el turno de la defensa particular de los imputados, a cargo de Hugo Tomei.
Finalizada la presentación de los lineamientos de las partes, los únicos dos testimonios de la primera jornada serán los de Graciela Sosa Osorio y Silvino Báez, padres de Fernando, quienes llegaron a Dolores en la tarde del 1 de enero.
Los ocho imputados, quienes llegan a juicio con prisión preventiva, fueron trasladados en la madrugada del domingo desde la Alcaidía 3 del penal bonaerense de Melchor Romero hacia la Unidad 6 de Dolores y estarán presentes en la audiencia de apertura.
Según detallaron fuentes del caso, los acusados quedarán alojados en la cárcel de Dolores, en celdas de dos personas, y antes del inicio de cada audiencia serán trasladados al Palacio de Tribunales de Dolores, ubicado en la calle Belgrano 141 de esa ciudad.
Fuentes cercanas a la causa indicaron que la intención de la defensa es que los rugbiers no brinden declaración en el arranque del debate oral, y que estén presentes durante todas las jornadas.
El juicio se desarrollará en la sala de audiencias de la Cámara de Apelaciones, la misma en la que casi 23 años atrás se realizó el debate oral por el crimen del reportero gráfico José Luis Cabezas.
Se extenderá a lo largo de 22 jornadas, aunque el cronograma podría modificarse a partir del número final de testigos que declaren, sobre una lista original de 177, algunos de los cuales ya fueron desistidos por las partes.
Se aguardan los testimonios, entre otros, de Pablo Ventura, el joven remero de Zárate que fue incriminado falsamente en la causa y luego sobreseído, así como de peritos, efectivos policiales, testigos y forenses, y amigos de Báez Sosa que también fueron atacados a golpes cuando quisieron defenderlo.
La última jornada de testimonios coincidirá con el tercer aniversario del crimen, e incluirá las declaraciones del padre de Benicelli y el de Luciano y Ciro Pertossi, y de las madres de Lucas Pertossi, Comelli y Viollaz.
Además, ese día declararán un amigo de los imputados que fue señalado por la querella como el «sospechoso número 11», y cerrarán los testimonios Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, imputados y detenidos en el inicio de la causa y sobreseídos al momento de la elevación a juicio.
De acuerdo a la instrucción del caso, desarrollada por la fiscal Verónica Zamboni, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 6 de Villa Gesell, los acusados atacaron a Báez Sosa entre las 4.41 y las 5 del 18 de enero de 2020, frente al local bailable «Le Brique», ubicado en avenida 3 y paseo 102.
Según la acusación, los ocho imputados «acordaron darle muerte» al joven estudiante de derecho, y para ello «previamente, distribuyeron funcionalmente sus roles», luego de que «minutos antes, al encontrarse en el interior del local bailable, tuvieran un altercado» con él, «quien se encontraba acompañado con su grupo de amigos».
El episodio quedó registrado por cámaras de seguridad y de teléfonos celulares de testigos, por lo que los sospechosos fueron identificados y detenidos horas más tarde en la casa que alquilaban, a pocas cuadras del lugar.