La autopsia confirmó que Facundo murió ahogado
El informe indica además que el joven murió en el lugar en el que se encontró el cuerpo y no presentaba señales de lesiones previas.
Este jueves ser presentaron los resultados finales de la autopsia realizada al cuerpo de Facundo Astudillo Castro, el joven de 22 años que desapareció a finales de abril y que fue encontrado sin vida a mediados de agosto en un cangrejal cercano a la localidad de Pedro Luro, desde dónde habóia partido con destino a Bahía Balnca.
Según los datos del informe, el joven murió ahogado en el mismo lugar en el que fue encontrado y su cadáver carece de lesiones traumáticas, aunque no se pudo determinar la participación de terceros ni concluir si fue un hecho «suicida, homicida u accidental».
El fallecimiento «se produjo por asfixia por sumersión (ahogamiento)» y «se trató de una muerte violenta, por no ser natural. El avanzado estado de esqueletización del cadáver limitó las posibilidades de conocer el modo de la muerte, no pudiendo la ciencia forense determinar con rigor científico si se trató de uno u otro modo de muerte violenta: suicida, homicida o accidental».
Además, estableció que la muerte se produjo en un plazo «no menor a los 30 días» anteriores al hallazgo de los restos y que no surgieron elementos que permitan suponer que el cuerpo haya estado en otro lugar distintos al del hallazgo.
El resultado de la autopsia fue presentado hoy por los peritos a la jueza federal 2 de Bahía Blanca, María Gabriela Marrón en la sede del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), en la ex ESMA, en el barrio porteño de Núñez, y luego fue notificado a la madre de Facundo, Cristina Castro.
En el encuentro, también estuvo el fiscal Horacio Azzolin (Ufeci) y los 15 peritos que participaron de la operación de autopsia.
Respecto a la causa de la muerte, el informe reveló que Facundo murió por ahogamiento y aclara que «la sumersión (mecanismo asfíctico) es la causa de muerte por obstrucción de la vía aérea por el ingreso de líquidos durante el proceso de respiración bajo el agua, generando el ahogamiento (asfixia mecánica)».
Además, estableció que, de acuerdo a las diatomeas halladas en la médula ósea, que son coincidentes a «las recuperadas en las muestras de agua y de sedimentos», «es altamente indicativo» de que el lugar de la muerte es donde fue hallado el cadáver.
En tanto, los peritos determinaron que «los restos óseos estudiados no presentaban lesiones vitales, de origen traumático, ni otras antemortem (previas a la muerte)», y determinaron que «no se evidenciaron estructuras de densidad metálica, similares a elementos que puedan corresponderse con aquellos que producen injurias o lesiones (como por ejemplo proyectiles de arma de fuego, segmentos de arma blanca, entre otros)».
El informe indica que, en el análisis de los restos, «no se observaron signos de participación de terceras personas» y agrega que «todas las lesiones y pérdida de algunas piezas dentales son postmortem (posteriores a la muerte), producto de depredadores y exposición medioambiental» (Telam).