Galli aplica un fuerte ajuste en Olavarría
La emergencia vigente en el distrito del centro de la provincia permite despidos de trabajadores municipales y cesación de contratos, además de un recorte del gasto que tendrá impacto social.
En medio de la pandemia de coronavirus y a contramano de las medidas que vienen implementando Nación y Provincia, el intendente de Olavarría, Ezequiel Galli, declaró la «Emergencia Económica, administrativa y financiera», y habilitó un ajuste que incluye cesantías, jubilaciones anticipadas y suspención de contratos y como frutilla del postre no depositó la ayuda alimentaria que perciben mas de 1400 familias de su distrito.
Desde la oposición salieron rápidamente al cruce de las medidas de gobierno local y advirtieron que el municipio «venía mas administrado desde antes de la pandemia» y aseguraron que el intendente solo esta aprovechando la situación de crisis para aplicar medida de ajuste que le permitan superar una situación creada por su mala administración.
La ayuda alimentaria debia estar disponible este lunes, pero los beneficiarios de ese programa, que se ejecuta a través del municipio, se encontraron con que sus cuentas seguían en cero, siendo la única respuesta de la comuna que durante la semana se iba a solucionar la situación, sin especificar una fecha exacta ni un plazo, lo que sumó mayo incertidumbre a mas de 1400 familias que dependen de esos recursos para comprar alimentos.
“Lo que queremos dejar en claro que acá hay una situación que hay que desagregar en dos partes. Por un lado el Municipio ya venía mal administrado y con problemas antes de la pandemia. Y por supuesto esta situación a partir de abril con la caída de la recaudación se va a agravar. Cuando se trató el Presupuesto en diciembre algunos puntos marcamos, la administración del Municipio venía con serios inconvenientes”, explicó el concejal del Frente de Todos Ubaldo García, en dialogo con el portal local Infoeme.
El edil explicó que “en diciembre estaban llamando por teléfono, trataban de consensuar con los proveedores, pero había un problema económico que el Municipio arrastraba, que son claramente antes de la pandemia” y por eso consideró que «el Municipio debe mejorar esta administración, debe administrar mejor los recursos entre otras cosas para poder hacer frente a una pandemia de esta naturaleza. Hoy es este problema, como pueden ser muchísimos”.
Además García advirtió que en el marco de la emergencia decretada por el gobierno municipal “se permite la rescisión de contratos eventuales, prejubilaciones, adelanto de jubilaciones”, y sobre ello dijo que “esto va a contrapelo de lo que está haciendo Nación y Provincia, y a contrapelo de lo que hace falta en este tipo de crisis que la gente necesita la contención del Estado en todos sus estamentos”.
La realidad es que Galli quedó enredado en sus propias promesas de campaña, ya que el año pasado aseguró que bajo su administración la arcas municipales habían alcanzado mayor autonomía de la provincia, pero ahora entre los argumentos de su declaración de emergencia incluye la caída en la coparticipación, es decir que reconoce que no existe la tan promocionada autonomía economica.
Este mes la comuna ya dilató el pago de salarios de sus trabajadores y la incertidumbre es total sobre la continuidad de los servicios municipales en el marco de la pandemia de coronavirus, en un distrito que suma como problema sanitario la falta de control de la cuarentena, lo que lo ubica entre los municipios con menor nivel de acatamiento de la medida de aislamiento social, algo que según los especialistas tiene mas que ver con la inacción del gobierno local que con las decisiones individuales delos vecinos.